martes, 7 de abril de 2009

¿Jesús es mencionado en la Torá y en los Profetas?

Respuesta: Sí. Aparece dos veces. Aunque no explícitamente, pues éstos fueron escritos mucho antes que Jesús naciera, pero los criterios y los parámetros que se mencionan coinciden y concuerdan en un 100%.
En el libro de Daniel (11:14) se habla de aquellos que "Intentan enarbolar un ideal y solo provocarán escollos” . al respecto explica el Rambam (Maimónides) "¿Acaso existe mayor escollo que el mismísimo Jesús? Todos los profetas hablaron de un redentor del pueblo de Israel, que los proteja y reúna a sus exiliados, fortaleciendo la observancia de la Torá. Mas este provocó todo lo contrario: además causó la destrucción del pueblo judío por la espada, y la dispersión y la humillación del remanente hebreo entre lasa naciones. Asimismo, planteó sustituir la Torá y engañó a la mayor parte del mundo a practicar el culto a un dios falso [es decir, a sí mismo]”.
Del mismo modo, en Deuteronomio 13:2-6:
"Si surge entre ustedes un profeta o un visionario de sueños y te anuncia una señal en el cielo o un milagro en la tierra, en caso de que se cumpla la señal o el milagro que él anunciara y sustentándose en eso te diga “sigamos a otros dioses que no conoces y sirvámoslos”, no obedezcan a ese profeta o a ese visionario de sueños. Pues el Eterno, vuestro Di-s, quiera ponerlos a prueba, para saber si aman al Eterno con todo su corazón y con toda su alma. Ustedes deben seguir al Eterno, su Di-s. A Él deben reverenciar Sus preceptos deben observar. Su voz deben escuchar a Él deben servir y a él deben apegarse. Ese pseudo profeta o visionario de sueños deberá ser condenado a muerte por haber hablado falsamente en nombré del Eterno”

Por el Rabino Yosi Marcus . Extraído de www.askmoses.com. Traducido
Escrito por: jdominguezala el 07 Abr 2009 - URL Permanente

El arrianismo debe su nombre a Arrio (256-336), quién se formó en Antioquía, fue sacerdote de Alejandría y después obispo libio, y desde aproximadamente el 318 difundió la creencia de que Dios es uno y no trino.
Afirmaba que Jesucristo no era Divino, sino alguien que fue creado por Dios para apoyarlo en su Plan. Al ser creado por Dios, hubo un tiempo en el que no existía, deduciéndose de esto que el Verbo no es eterno, o sea no es Divino.
Por raro que parezca, en los tres primeros siglos de existencia del Cristianismo, la naturaleza humana de Jesús apenas fue objeto de controversia. Quizás porque los primeros cristianos tenían sus cuitas en otras cosas tales como difundir la Palabra de Cristo y defender sus viadas y haciendas
Es cuando el Cristianismo, como religión, empieza a ser tolerado y, sobre todo, cuando con Constantino se convierte en religión oficial del Imperio, cuando se plantea en el seno de la Iglesia la divinidad de Cristo encarnado en un hombre, defendiéndose desde la ortodoxia católica que Jesús no era un hombre influido ni creado por Dios, sino que era Dios mismo.
Sin embargo, al ser esto considerado como un misterio, es comprensible que no fuera aceptado por muchísima gente que, como los seguidores de Arrio, se inclinaban por pensamientos más racionales, por lo tanto más inteligibles.
En 320 Alejandro, obispo de Alejandría, convoca un sínodo de más de cien obispos de Egipto y Libia que excomulga a Arrio por sus ideas heréticas.
El Arrianismo, sin embargo, se extiende por todo el oriente rápidamente, sobre todo en las grandes masas de gente humilde, campesinos, siervos y soldados.
En 325 Constantino convoca el concilio de Nicea, que condena al Arrianismo a instancias del diácono de Alejandría y jefe del partido antiarriano, San Atanasio, que consigue crear una definición de la fe ortodoxa:
"Creemos en un solo Dios Padre omnipotente... y en un solo Señor Jesucristo Hijo de Dios, nacido unigénito del Padre, es decir, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no hecho, consustancial al Padre..."
Arrio fue condenado al destierro, al igual que Eusebio de Nicomedia y otros muchos partidarios.
A pesar de las duras conclusiones del concilio de Nicea, Constantino, al que probablemente le preocupara más el apoyo que podía lograr del cristianismo que la doctrina en sí, fue convencido por su entorno para perdonar a Eusebio, y poco a poco a todos los demás, incluso Arrio, pero este muere en 336 antes de poder regresar.
A la muerte de Constancio en 361, el arrianismo se quedó sin su protector, y poco a poco fue prohibido en todo el Imperio, bajo la guerra declarada de los Padres de la Iglesia, los capadocios San Basilio y San Gregorio Nacianceno.
La muerte oficial del arrianismo se produjo en el Concilio de Constantinopla de 381, aunque siguió aún vivo por muchísimos años.
Buscar determinar exactamente la fecha de la crucifixión de Jesucristo
El debate histórico de la fecha sigue llena de incógnitas y contradicciones surgidas de entre los documentos históricos, los evangelios, la astronomía y la tradición.
A falta de una prueba aclaratoria, para llegar a una conclusión fiable hay que crear un complejo rompecabezas de pistas: "Coger el escalpelo de la crítica" frente al contenido de los evangelios y descifrar con un gran "temor reverencial" y "dolor de cabeza teológico" qué hay de histórico y de propagandístico en ellos.
Así explica a Efe la labor que lleva 20 años desempeñando el catedrático de Filología Griega de la Complutense y especialista en Lengua y Literatura del Cristianismo Primitivo, Antonio Piñero, autor del libro "La verdadera Historia de la Pasión".
Con esta investigación, se derriban algunos iconos: el primero de ellos, el de la edad del Mesías de la Cristiandad en el momento de su muerte.
"Históricamente no se puede mantener que Jesús muriera con 33 años", explica en una entrevista Ramón Teja Casuso, Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Cantabria y profesor "honoris causa" de la Universidad de Bolonia.
"Cada pueblo parte de su hecho más importante para medir el tiempo. Y Dionisio el Exiguo, el monje y matemático que estableció en el siglo VI cuál era el año en que nació Jesús -el "Anno Domini"-, se equivocó", asegura Teja.
Así, posteriores investigaciones históricas han demostrado que Herodes el Grande, el que fuera rey de Judea durante el nacimiento de Cristo y responsable de la persecución y matanza de todo niño menor de dos años, murió en realidad en el año 4 a.C, por lo que Jesús habría sido alumbrado en el año 5 o el 6 a.C, paradójicamente.
Este matiz, que no tendría por qué contradecir el hecho de que Jesús muriera a la edad de 33 años, sí se enfrenta al también hecho histórico de que Poncio Pilato, el perfecto en Judea que se "lavó las manos" antes de decidir si se ejecutaría a Cristo o a Barrabás, "ocupó este cargo desde el año 29 al 37 d.C.", afirma Teja, lo que implica que Jesús murió con una edad entre 34 y 42 años.
¿De dónde viene, entonces, la idea de que Cristo murió a los 33? Los evangelios nunca afirman tal cosa, pero Lucas, en el capítulo 3, sí dice que la vida pública de Jesús empezó cuando tenía alrededor de treinta años.
El de Juan, por su parte, plasma hasta tres Pascuas en las que Jesús acude a Jerusalén (curiosamente, Marcos, Mateo y Lucas solo hablan de una), lo que fundamenta la creencia popular cristiana de que fueran 33 los años de vida de su Mesías.
Para acercarse más a una fecha exacta Antonio Piñero considera que hay que hacer una investigación astronómica.
"Murió un viernes con luna llena en Pascua, por lo que hay que saber qué 15 de Nisán (el primer mes del calendario hebreo) que es cuando se celebra la Pascua judía, reunía esas condiciones" entre los años citados.
"El resultado es que hay dos opciones: el 7 de abril del año 30, según lo cual Cristo habría muerto con 36 años, y el 3 de abril del 33, que Cristo tendría 39", asegura.
Piñero considera más factible el 7 de abril del año 33 como fecha de su muerte, y encuentra la explicación en Pablo de Tarso, también conocido como San Pablo apóstol y una de las fuentes más fidedignas de la doctrina católica a través de las Epístolas Paulinas.
"El descubrimiento de una inscripción que demuestra que el prefecto de Galión que juzgó a Pablo en Corinto, capital de Akayas, estuvo allí en esa ciudad entre junio del 51 y junio del 52", según Piñero.
Esto hace que, si tomamos el año 33 como el de la muerte de Cristo, el cálculo sea muy ajustado", explica el catedrático, teniendo en cuenta que Pablo pasó tras la muerte de Jesús 3 años de meditación y, luego, 15 días en Jerusalén y 14 años predicando.
¿Murió entonces Jesús el 7 de abril del año 30? Piñeiro todavía expone una salvedad "Es mi opinión, pero creo que es más probable que Jesús fuera crucificado el jueves, por la sencilla razón de que si fue crucificado a las 3 de la tarde del viernes, habría muerto ya caída la tarde. Eso para los judíos es el nuevo día, es decir, sábado (Shabbat), día de descanso", argumenta Piñero.
"La crucifixión en día de descanso habría sido una profanación monumental. Es más posible que no fuera crucificado el viernes sino el jueves. Es decir, no el 7 sino el 6 de abril del año 30 d.C.", concluye.
Con EFE

Fuente: ELTIEMPO.COM
Abril 7 del 2009